sábado, 13 de abril de 2019

20 cosas que aprendí antes de los 40 (y que me servirán en los próximos)

Ahora que cumplo la cuarentena, y con las décadas de la infancia, la adolescencia, la juventud y la dorada treintena a mis espaldas, uno sabe ciertas cosas que a los 10, a los 20, a los 30 desconocía, otras que en el fondo siempre ha sabido y otras, por último, que nunca pensó que iba a aprender. Es imposible saber qué me depararán los próximos 40 años, ni si mi evolución me llevará a mejor o a peor, hacia delante o hacia atrás, pero me gusta reflexionar sobre las cosas que he aprendido y pensar que me servirán de ahora en adelante. Muy resumidas, son estas 20:

  1. Aprende a distinguir lo accesorio de lo importante, y lo importante de lo esencial
  2. Tú eres imperfecto; los demás, también
  3. La confianza es como la virginidad: una vez perdida, nunca más se recupera
  4. Entre los tuyos hay hermanos pero también hay judas
  5. No se puede contar cualquier cosa a cualquier persona, en cualquier momento y en cualquier lugar 
  6. Cuenta hasta 10 antes de actuar; no hasta 10 segundos, sino hasta 10 horas o, mejor, hasta 10 días
  7. Ante el conflicto, escucha, comprende y respeta. Pero lo último, solo a quien se lo merece
  8. No seas como aquell@s a l@s que desprecias 
  9. Mantente orgulloso de no ser como ellos
  10. La dignidad es cara, pero lo que cuesta vale
  11. Piensa por ti mismo
  12. Conócete a ti mismo, y recuerda que, como decía Esther Arroyo, para conocerse hay que tocarse
  13. Sé el dueño de tu propia mente; de esta forma, serás siempre libre
  14. Lo que sucede conviene
  15. Recuerda que todo es susceptible de empeorar
  16. La vida con prisa no merece la pena
  17. Lleva una vida a tu medida, una que no te venga ancha ni estrecha
  18. Haz lo que quieras, lo que deseas y lo que te haga feliz. Y recuerda que la cuestión clave no es “esto o muerte”, sino “esto Y muerte”. No se elige vivir ni morir, pero sí lo que haces entre medias
  19. No tengas miedo, el miedo mata la mente 
  20. Y ante todo, sueña, y sueña más fuerte, hasta que el sueño, por más hermoso que sea, se convierta en realidad